El jueves pasado, decenas y decenas de inmigrantes africanos trataron de llegar a   Ceuta a nado, pero tanto la Guardia Civil como la Gendarmería marroquí utilizaron   abundante material antidisturbios para dispersar a esas personas y las consecuencias   han sido dramáticas; ya han localizado 14 cadáveres y los desaparecidos [Según los   propios inmigrantes] podrían ser más de una veintenena. Una realidad sobre la que   hoy hemos preguntado a Paula Domingo, miembro de una ONG de Ceuta integrada   en Migreurop, red europea formada por 42 organizaciones que trabajan en la defensa   de los derechos fundamentales de las personas migrantes privadas de libertad o   sometidas alas restrinciones impuestas a la libre circulación de personas.