El 13 de marzo, Angel Berrueta moría en Iruñea a manos de un policía español y su hijo por negarse a colocar un cartel que responsabilizaba a la organización armada vasca de los atentados de Madrid y un día después, en Hernani, Kontxi Santxiz, fallecía a causa de un infarto en una manifestación para denunciar lo ocurrido en el barrio de Donibane. Desde entonces han pasado ya 10 años y siguen sin justicia. Sin ir muy lejos, la semana pasada miembros de la plataforma Angel Gogoan y familiares de Ángel Berrueta entregaron en el Registro del Ayuntamiento de Iruñea más de 2.000 firmas que reclaman verdad, justicia y reparación para el panadero que murió a manos de un policía español y su hijo hace diez años.